Ideario

Antes que nada, queremos compartir el orgullo que sentimos al ser elegidos como Institución para transitar con Uds. la escolaridad y educación de su hijo/a.

El Instituto Almafuerte inicia su actividad docente en el año 1960, es decir, hace más de medio siglo. Nuestra HOY floreciente y próspera comunidad, era en aquella época fundacional del instituto, un páramo, un paraje, más que eso, era un desafío, y así lo entendieron sus fundadores, docentes pioneros y casi se diría filántropos de la Educación, Domingo Antonio Frencisco Motta, su esposa Carmen Fernandez Veiga y de su única hija María del Carmen Motta quien desde su adolescencia a la fecha, colaboró con sus mayores, brindando lo mejor de sí, para engrandecer esta escuela y su progresista comunidad.

 

De acuerdo a las características propias de nuestra comunidad, nuestro proyecto Institucional se confeccionó y fue adecuándose siguiendo los aportes de diferentes teorías, pero principalmente logrando una articulación en la que se aprovechan las experiencias y competencias de los distintos equipos de trabajo.

El acto de aprender requiere de la participación de todos los agentes que conformamos la comunidad educativa, como así también de una verdadera interacción y transformación mutua que genere proyectos y que garantice características propias en función de nuestra comunidad.

Dentro de nuestro estilo formativo buscamos que nuestra población educativa esté capacitada para mejorar las competencias básicas, conocimientos, destrezas y actitudes que le garanticen un óptimo desempeño social, y esto nos lleva a una constante evaluación institucional como así también nos conduce a la incorporación de conceptos que promueven la formación de individuos integrados y comprometidos con la sociedad de la que son parte.

Principios Generales Nuestros objetivos tienden a favorecer, asegurar y priorizar:

• La formación de personas libres, solidarias y responsables socialmente.

• El desarrollo de capacidades y habilidades intelectuales, perceptivas y afectivas.

• La educación permanente y el aprendizaje como proceso interactivo.

• El estímulo, promoción y apoyo a las innovaciones educativas.

• El fomento de las actividades físicas y deportivas para posibilitar el desarrollo armónico e integral de los niños.

• La preservación del medio ambiente.

• La armonización de las acciones educativas con las producidas fuera del ámbito escolar.

• El derecho de los alumnos a que se los respete en su integridad.

• El estímulo a los docentes en su trabajo cotidiano.

• La participación de los padres en tareas organizadas en apoyo a la gestión educativa.

• La inclusión de todos los alumnos atendiendo al proceso y estilo propio de aprendizaje de cada uno.

Estilo Formativo

Partiendo del concepto de Educación que se encuadra en un proceso dialéctico por el cual un sujeto, en interacción con su medio, y a partir de sus propias posibilidades, desarrolla las capacidades que le permiten la formación de una personalidad autónoma e integrada activamente a la sociedad y cultura en que vive.

Pretendemos reconocer el proceso educativo como una verdadera interacción y transformación mutua y así entendido, implica que:

• Es un proceso, lo cual significa que se da en forma dinámica, que está haciéndose siempre.

• Requiere que el sujeto participe en procesos de interacción grupal de diferente complejidad a partir de los cuales se genere su identidad.

• Tiende a que la personalidad que se forme sea autónoma, es decir capaz de ejercer su iniciativa, canalizar creativamente sus intereses, plantear y plantearse interrogantes, buscar respuestas por sí mismo, defender sus convicciones.

Apostamos a la educación, pero a la Educación que evite la atomización, que se apoye en la memoria y la reflexión crítica rescatando los valores comunitarios y que junto con el respeto y la libertad aliente el compromiso y el esfuerzo.

La escuela es el agente fundamental en la búsqueda y consolidación de una identidad cultural; esto nos lleva a reflexionar en que la Escuela forma sujetos sociales capaces de comunicarse, de participar realmente, de producir información, conocimientos y hacer propuestas creativas.

Dentro de las funciones que nos competen, podemos sintetizar algunas:

 Funciones de Socialización:

Ya que se interactúa con la familia como agente secundario una vez que el niño en el sistema formal.

No se limita a transmitir sino a transformar, en tanto posibilita la creatividad de los sujetos de la educación docentes y alumnos).

No descarta el ámbito privilegiado que constituye el juego como elemento esencial en la socialización del niño, ya que a través del mismo el niño interactua con sus pares de acuerdo con normas, con fines compartidos y discutidos, lo cual constituye un verdadero aprendizaje de las relaciones sociales.

 Funciones de producción, selección y recreación de conocimientos:

Esta función se cumple con la preocupación permanente por la integración de los saberes, evitando una fragmentación.

Los criterios de producción, selección de contenidos y metodologías son los que posibilitan la finalidad de cada nivel y la competencia para su continuidad.

 Función de confluencia y elaboración crítica de otras instancias educativas:

Ya que la Escuela tiene la función de integrar valores culturales provenientes de la familia como así también de otras instituciones sociales integrándolos creativamente al proyecto institucional.

Debemos asumirnos como productores de comunicación social implicando un replanteo ya que el lenguaje de la lecto-escritura es prioritario en nuestra tarea escolar, creemos también favorable abrirnos a otros lenguajes sociales, el de los medios audiovisuales, el de la informática, enseñando a leerlos, a integrarlos, transformarlos e incluso producirlos.

La Escuela de hoy debe ser el ambiente donde se desarrolla la labor de un equipo de trabajo, se produzca el intercambio, se favorezca y discriminen roles, permitiéndose la complementariedad. Supone también una metodología de trabajo respaldada en una concepción que jerarquiza el papel del docente como profesional a la par de otros profesionales. Requiere también de una armonización de la función administrativa y pedagógica que dan lugar a un feliz desenvolvimiento de los objetivos de la Escuela.